martes, 29 de mayo de 2012

NOVENTA Y NUEVE

Vengo del dentista. Stop.
Me han arrancado una muela. Stop.
Quería escribir una entrada sesuda. Stop.
Sobre el sonido del molar saliendo al exterior. Sobre el sabor a sangre de la boca. Sobre las agujas introduciéndose fríamente en las encías. Sobre el dolor. Ay, sobre el dolor... Sobre las pausas que hace el dentista en mitad de la extracción. Sobre la lengua que nota la muela a medio salir. Sobre la presión que ejercen las tenazas. Sobre la sonrisa de la ayudante. Sobre la "servilletita" que te ponen en el "pechito" antes de que te puedas dar cuenta. Sobre el sonido del aspirador de saliva. Sobre el "enjuágate si quieres". Sobre el enjuague a duras penas. Sobre la agradable sensación que produce el perder la sensibilidad de la mitad de la mandíbula y la lengua. Sobre la enfermedad mental que necesariamente tienen que tener los dentistas. Sobre la necesidad de los dentistas. Sobre el sabor a sangre de la boca. Sobre la sangre en todas partes. Sobre el dolor. Sobre la comparativa entre muelas e icebergs. Sobre el vacío que te deja esto. Literal y metafórico, si lo hubiere. Sobre que sí que hay, un agujero, y no sólo en la boca. Sobre el precio, cómo no escribir sobre el precio. Sobre el hecho de que te digan que tienes los dientes muy mal, una y otra vez, una y otra vez, como si no lo supieras. Sobre esto: "Tienes los dientes muy gastados para lo joven que eres. Los tienes como los tiene la gente al final". 
Al final. Lo ha dicho así: "Al final". 
Sobre el final. Sobre si preguntar o no al final de qué. Sobre cómo afrontar este miedo al dentista con sentido del humor. Sobre el hecho de saber que Martin Amis describe muy bien el mundo "tengoproblemaschungosconlabocayestoyhastaloshuevosdeldentistaqueeselrepresentantedelMALenlaTierra" y no leerlo. Sobre la Torta del Casar que me he regalado al salir porque yo lo valgo. Sobre lo vulnerables que somos. Sobre lo curioso que es que lo pase tan mal con un dentista. Sobre la falta de lógica que tiene esto. Sobre no poder ni siquiera mirarme la boca en el espejo porque está lleno de sangre, mi boca también. Sobre la frase de Anica la Piriñaca: "Yo sólo canto bien cuando me sabe la boca a sangre". Sobre eso y la risa que me causa pensar según qué cosas en según qué momentos. Sobre los ojillos de placer mal disimulado de los dentistas cuando limpian caries. Sobre la vida en perspectiva de sillón en la consulta del dentista. Sobre la perspectiva de la muerte y su relación con los dientes "al final". Sobre todo eso y mucho más. 
Pero no lo voy a hacer. 
No estoy. Buenas noches.

sábado, 26 de mayo de 2012

NOVENTA Y OCHO

Amor. No hay nada que decir del amor. Comprendo que no hay nada que comprender. Eres el absoluto y él tu profeta inocente. Y ya está. Todo aquello por lo que nos rompimos la cabeza y el alma, todo lo que nos desquició a cualquier hora. Todo fue demasiado tiempo libre, un aprendizaje ficticio. De un juego que ya resultaba aburrido. No hay nada que saber. Nada que aprender. Todo es fácil. Eres sencillo como las cosas buenas y diferente a todo lo prescindible. Eres el absoluto. Nada más. Nada más.

jueves, 24 de mayo de 2012

miércoles, 23 de mayo de 2012

martes, 22 de mayo de 2012

NOVENTA Y CINCO

El sustantivo "felicidad" se estudia como sustantivo abstracto.
Yo digo que es concreto.
Como el dolor.

miércoles, 16 de mayo de 2012

NOVENTA Y CUATRO

Qué rápido se ha muerto Carlos Fuentes. Qué poco dura la muerte de uno ya. Incluso de los héroes, el funeral y el recuerdo consumen poco tiempo. Incluso de los héroes y los valientes, las palabras y los hechos son urgentes. Cada vez dura menos el minuto de silencio.

martes, 15 de mayo de 2012

NOVENTA Y TRES

Sales de la ciudad. Fiestas de San Isidro en el barrio de San Isidro. Como para no irse. Como para no huir, más bien. Vas en busca de poesía y belleza a otros lugares. Y las encuentras. Y las disfrutas y saboreas lenta pero intensamente como algo exquisito y perfecto que quieres llevar dentro en la memoria mucho tiempo, mucho. Vuelves a la ciudad. A casa. Ha habido feria. De hecho, hay feria, y a lo lejos algarabía imprecisa, inconexa, extraña; como de multitudes pasándoselo bien al modo que les deja el César mientras les reparte el trigo. Y la llegada del calor. Resultado: calles llenas de mierda. Mierda de gente que se divierte comiendo patatas al sol, haciendo cola para rifarse un peluche de poliéster y poniéndose boca abajo en la noria moderna a ritmo de chotis y, cómo no, son cubano sabrosón chico papi mi amor ya tú sabes perrea perrea ea ea. Calles llenas de mierda. Mierda por todas partes. Latas. Papeles. Cajas. Botellas. Mierda. Y fuegos artificiales, eso sí. Visto de fuera, el ser humano en la foto siempre sale mal.

lunes, 14 de mayo de 2012

NOVENTA Y DOS

ESCRIBIR I 

Escribir por todo lo que no se ha dicho a quien no se ha dicho. Escribir por turnos, pero sin pedir permiso, ni perdón ni buenos días. Escribir porque ya no se puede caer más bajo. Escribir, porque a pesar de todo, a los demás tampoco los leen. Escribir porque nadie más lo hace, nunca. Aunque digan lo contrario. No como tú. Escribir porque sigues sintiendo algo, sigue sabiéndote el mar a sal y el mundo amargo, sigue la sangre en el fondo palpitando y no has muerto como los demás porque la emoción aún la reconoces y la vives y hoy en un teatro, cuando abandonada en una soledad delicada y cruel, en un dolor de cristal, amargo y ácido que no encuentra ni encontrará nunca palabras para hacer sonar su melodía rota, sigues sintiendo la humedad también en los ojos con el monólogo de Hamlet, y soñar, y dormir, y morir, y soñar, que morir, que dormir, que qué más da.

viernes, 11 de mayo de 2012

NOVENTA Y UNO

"Si algo se te da bien, nunca lo hagas gratis"

El genial Joker en El caballero oscuro

NOVENTA

ASCO: Asma Social Crónico y Orgánico

Llevo mucho tiempo pensando para qué coño uso facebook. Me autoengaño diciéndome que, como todo, depende de cómo lo uses.
Estoy hasta los huevos de las fotos, vídeos, enlaces, autorreferencias y pseudopoemas de todo el mundo, incluidos los míos. La única diferencia es que el día que yo misma ponga un vídeo de mí misma pediré que me peguen un tiro, por gilipollas.
La gente está encantada de conocerse. Presumir de uno mismo me resulta tan tedioso como presumir de tener dinero, o presumir de ser cojo y hablar en esperanto o ser moreno y amante de la pesca o de tener un ojo de vidrio y callos en los pies.
Tengo serias dudas acerca de si la gente tiene claro que la vida real (o sea, la vida) es otra cosa.
Facebook no es un intercambio de ideas o etc., o al menos cada vez cuesta más usarlo para eso. Facebook es un contenedor de basura, frustraciones y autofelaciones.
Que oye, claro, si se llegan... que se la chupen hasta atragantarse.

¿Os molesta ser anónimos?
A mí me molesta dejar de serlo.
Y no sé cómo gestionar eso. Lo llevo fatal, sinceramente. Asma en estado puro.



viernes, 4 de mayo de 2012

OCHENTA Y NUEVE

Padre, confieso que he pecado

- ¿Tú también, hija mía?
- Sí, padre. Yo también. He pecado de pensamiento y de acción.
- Ave María Purísima.
- Sin pecado concebida y tal.
- Sobre todo "y tal".
- Padre he pecado sobre todo de omisión.
- Hija, estamos ante los ojos de Dios.
- Padre, se trata de este blog.
- Entonces hablamos de un pecado virtual.
- Sí, padre. Bueno... no. Es muy real. 
- Hija mía, me estás asustando.
- Sí, padre, yo también me estoy asustando.
- Hija, estamos ante los oídos de Dios.
- Padre, el título de este blog... no es mío.
- No, hija, es una criatura del Señor.
- No, padre, es un aforismo de Emile Cioran.
- Hija, estamos ante la ira de Dios...

miércoles, 2 de mayo de 2012

OCHENTA Y OCHO

De cementerios y pasiones II

Enrique Jardiel Poncela "descansa" en un cementerio cuyo enterrador/cuidador ¿jefe?, que lleva currando ahí treinta años, no sabe dónde está o no quiere decirlo. Se enfadó con nosotros primero por hacer fotos, después por estar ahí simplemente. Supongo que cuidar una sacramental durante treinta años te hace creer que tú eres el dueño de ese montón de tierra con restos, y cualquier elemento ajeno a ello que se infiltra en "tu territorio" te hace sentir inseguro y ladrar como un perro que protege una propiedad privada. No lo sé, lo imagino, no nos había pasado nunca algo así. Afortunadamente, otro trabajador joven amablemente nos indicó dónde se ubicaba el nicho de Jardiel Poncela. Se lo sabía de memoria, el hombre... Nos explicó con todo lujo de detalles como llegar hasta él, y no estábamos cerca... Y a mí me sorprendió y se lo dije: "Vaya, te lo conoces a la perfección".  Y sonriendo contestó: "Para uno que hay...". 
Sí, para uno que hay... Uno de los mejores escritores que ha dado nuestra lengua yace debajo de una marquesa. Imagino que no le incomoda. A mí me ha hecho gracia. Es un nicho normal y corriente, entre un montón de "nadies". Con unas flores de tela y un magnífico epitafio: "Si buscáis los máximos elogios, moríos". Pero olvidado, y todavía sin el merecido reconocimiento. Me pregunto dónde está su hija, su nieto... En fin, los herederos. De su memoria, sobre todo.

Jardiel Poncela, gracias.